Fortalecer a ese movimiento asociativo es uno de los objetivos de Filanda, que tras su presentación en sociedad la semana pasada ha emprendido una campaña de donativos para constituir formalmente la fundación.
“Queremos ser una herramienta al servicio de Hortaleza, de su gente, de sus proyectos y de sus sueños compartidos”, proclaman los promotores de Filanda, que se marca como propósitos “tejer comunidad desde lo cotidiano”, “cuidar lo común con mirada sostenible”, “activar la creatividad colectiva” y “movilizar recursos para el bien común”. “Con la fundación impulsaremos mecanismos sostenibles que canalicen apoyos económicos, humanos y técnicos hacia iniciativas con impacto real. Queremos consolidar una cultura de filantropía cercana y transparente, que refuerce la autonomía del tejido social y fomente la cooperación a largo plazo”, explican desde Filanda, que se presentó al vecindario de Hortaleza el pasado jueves en uno de los edificios históricos del distrito, el teatro de la Fundación de la Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid (ORCAM).
Más de un centenar de personas llenaron la sala sinfónica de la ORCAM para asistir a un acto “cuidado y profundamente inspirador, que combinó la emoción del arte, la fuerza del compromiso social y la alegría del encuentro colectivo”, según los promotores de esta iniciativa. El pianista Jorge Bedoya fue el encargado de abrir la velada en este espacio musical, al que acudieron representantes de otras fundaciones comunitarias vinculadas a territorios como Tot Raval (Barcelona), Horta Sud (Valencia) y Novessendes (Castellón).
Filanda es un espacio para aquellos que “aman el lugar donde viven, aunque suene un poco cursi”, dijo durante el acto Rosa Gallego, directora de Relaciones Internacionales de la Asociación Española de Fundaciones, que puso en valor la capacidad transformadora de las fundaciones comunitarias en el ámbito local, como es el objetivo de Filanda, que tiene previsto promover la financiación de proyectos colaborativos que fomenten “una cultura de la colaboración”, así como promover estudios, investigaciones y formaciones que “partan del barrio y reviertan en él”, entre otras iniciativas. “No hemos venido a liderar nada, sino a acompañar lo que ya existe”, precisó durante la presentación María Pereiro López, vicepresidenta de la nueva fundación.
El acto culminó en los jardines de la ORCAM con un cálido piscolabis ofrecido por la asociación El Olivar, que trabaja desde hace más de 30 años con jóvenes sin hogar, para que los asistentes pudieran seguir tejiendo, en un ambiente distendido y festivo, la red que sostendrá a la nueva fundación comunitaria.
Este acto de presentación quedó encuadrado dentro del IV Encuentro Estatal de Fundaciones Comunitarias, lo que dio aún mayor relevancia al nacimiento de Filanda, una fundación que busca generar una red viva de conexiones, basada en la cooperación y la solidaridad, que responda directamente a las necesidades reales y cotidianas de sus vecinas y vecinos.
“Una fundación que nace con vocación de ser ese nodo facilitador que transforme las ideas en realidades tangibles. Ser quienes tejen, no el telar, y que desde Hortaleza invita a unir voces, sumar esfuerzos y activar el potencial colectivo”, expresan desde Filanda, que se define como “un espacio abierto donde todas las voces cuentan, donde no se lidera desde arriba, sino que se acompaña desde dentro”. “Creemos firmemente en lo diverso como fuerza creadora y en lo local como nuestra raíz y razón de ser”, resume uno de sus portavoces, Javier Díaz, invitando al vecindario, asociaciones, instituciones y empresas del barrio a formar parte de esta red viva que” late con fuerza, ilusión y futuro”.