Hace ya 43 largos años que tuvo lugar la primera Batalla Naval, y cada edición supera a la anterior en número de asistentes. Este domingo, las calles de Puente de Vallecas volverán a llenarse de marineros y marineras armados con pistolas de agua, cubos y todo tipo de chachivaches con los que mojar al prójimo.
Los actos de la Batalla comenzarán en realidad dos días antes. Este viernes a las 20:00 puedes acompañar a la cofradía desde la calle Payaso Fofó 24 para decorar el recorrido de la Batalla con los sones de una charanga. El domingo a las 12:30 está prevista la bajada en pasacalles del Barco Pirata desde Payaso Fofó hasta la Plaza Vieja de Vallecas y a las 13:30 la tradicional paella popular en la plaza de Puerto Rubio. Para disfrutar de una de las 600 raciones de paella que se elaborarán (130 veganas), es imprescindible adquirir previamente un bono al precio de 10 €.
Tras esta comida de hermandad entre marineros y marineras, a las 16:30 tendrá lugar la lectura del pregón en el Bulevar de la calle Peña Gorbea, que servirá para dar la salida a charangas, carrozas, marinería, cofrades y vecinos y vecinas, que darán vida a la Batalla entre ese lugar y la calle Payaso Fofó, donde concluirá. La organización pide a los asistentes, un año más, que eviten el uso de globos de agua ya que pueden llegar a lastimar si se lanzan desde gran altura o a gran velocidad.
Nos mojamos por la vivienda
Tal y como recuerda la Cofradía Marinera de Vallecas, la Batalla Naval es “un barco de tres mástiles”. “El primer mástil, la parte lúdica, se consigue con la participación masiva de las vecinas y vecinos del distrito, el segundo, la parte utópica, con la constatación de que pidiendo lo imposible generamos un motor de cambio que elimina los límites de lo que podemos conseguir y el tercero, la parte reivindicativa, con nuestra adhesión a una causa en la que no vale la equidistancia ni la indiferencia”.
Este año, la causa tiene que ver con “uno de los problemas más asfixiantes de nuestra sociedad”, la falta de acceso a la vivienda. “Millones de personas, especialmente jóvenes, ven frustrados sus intentos de construir un proyecto de vida ante un modelo que prioriza el lucro económico al derecho a un hogar. Esta situación genera exclusión, multiplica la desigualdad y transforma nuestras ciudades, expulsando a sus moradores o empujándoles a situaciones de precariedad e inseguridad”, sostiene la Cofradía.
“El actual sistema inmobiliario —marcado por la especulación, los fondos buitre, la subida constante de precios, la escasez de vivienda pública, la falta de regulación, la turistificación y la gentrificación— está detrás no solo de crueles desahucios, sino también de una reconfiguración urbana que margina a los sectores más vulnerables, y los expulsa de sus barrios”, añade.
Ante esta realidad, la Batalla Naval de este año lanza un mensaje claro: “la vivienda es un derecho, no una mercancía. Nuestro cartel, protagonizado por dos cangrejos ermitaños, es una metáfora visual de tantas vidas que hoy se ven afectadas por la precariedad habitacional. Porque preferimos los fondos marinos a los fondos buitre”, indica la Cofradía, antes de reclamar “políticas valientes que pongan a las personas en el centro”, y exigir “que los gobiernos —municipal, autonómico y estatal— abandonen la inacción y asuman su responsabilidad en la garantía del derecho a la vivienda”.
¡Feliz chapuzón por la vivienda digna y asequible, grumetes!