Nueva oportunidad perdida del Ayuntamiento de Madrid para conciliar un negocio tan lucrativo como el de las terrazas de hostelería con el derecho al descanso y a la ciudad de la vecindad residente. El Consistorio ha elaborado un proyecto normativo continuista con la Ordenanza 1/2022, que recordemos fue tumbada por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid por presentar graves errores como la ausencia de informes de impacto presupuestario y de impacto medioambiental. Por ello, dado que el nuevo texto apenas introduce modificaciones respecto a la norma anulada y al igual que aquella ha sido elaborado “en función de las necesidades y reclamaciones del sector de la hostelería”, ignorando las de la ciudadanía, la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM) solicita su retirada y la apertura de “un verdadero proceso participativo y de concertación con todos los sectores afectados”. Esta solicitud forma parte de un contundente documento de alegaciones que la organización vecinal presentó ayer, dos días antes de que finalice el periodo de información pública del proyecto municipal.
Antes de registrar el texto, la Federación Vecinal lo compartió con el Área de Vicealcaldía del Ayuntamiento de Madrid, tendiendo la mano a los responsables municipales para colaborar en la redacción de un proyecto que tenga en cuenta las necesidades de la vecindad residente, algo que podría realizarse a través de espacios de debate en los próximos meses, antes de la aprobación definitiva de la ordenanza.
Lamentablemente, hasta el momento el Ayuntamiento ha limitado muchísimo la participación ciudadana en el proceso. Más allá del hecho de que la mayor parte del periodo de información pública del actual proyecto ha coincidido con el mes de agosto (periodo vacacional por excelencia), la única participación ciudadana se identifica con una consulta pública organizada en 2024 en la plataforma Decide Madrid mediante un sistema de preguntas dirigidas y respuestas cerradas en la que solo participaron 5.838 personas, el 0,16% del censo de la ciudad.
Por todo ello, la FRAVM solicita volver a la casilla de salida. Pero si esto no es admitido, espera que el equipo de José Luis Martínez-Almeida al menos incorpore sus alegaciones. Una de ellas tiene que ver con la creación de un Consejo de Terrazas con presencia de la Federación Vecinal, las entidades más representativas de las personas con discapacidad, asociaciones de hostelería y comercio, así como los representantes designados por la Comisión de Terrazas prevista en el proyecto de ordenanza. El nuevo consejo debería “tener un carácter consultivo durante el desarrollo de la ordenanza y especialmente en la fase de inicio de procedimiento de los instrumentos de ordenación conjunta de terrazas”.
Por otro lado, llama la atención que en la citada consulta pública el Ayuntamiento ignorase cualquier cuestión relativa a la reducción de los horarios de cierre, uno de los elementos que mayor conflicto vecinal han provocado hasta la fecha y resulta esencial para el control del ruido. Ante una actividad tan estacional, la FRAVM propone racionalizar los horarios respecto al periodo del año y días de la semana, tal y como han hecho ya ciudades de gran actividad hostelera como San Sebastián y Bilbao. En este marco, la federación madrileña defiende el cierre de las terrazas a las 23:00 en zonas residenciales y a las 2:00 como máximo en zonas no residenciales, siempre que estén a una distancia superior a 200 metros de un edificio residencial. Además, las autorizaciones de instalación de terrazas durante todo el año debería ser excepcionales y estar sujetas a un informe que justifique esa excepcionalidad. Todo con el fin de limitarlas a la época y días de mayor actividad económica.
Insistiendo en el carácter estacional de esta actividad, la organización vecinal defiende una moratoria para la autorización de los quioscos permanentes de hostelería.
Límites a la ocupación excesiva del espacio público
Otra fuente habitual de conflicto es la ocupación abusiva del espacio público por parte de los hosteleros, algo que no solo genera problemas de movilidad y accesibilidad sino también una clara desigualdad respecto a otras actividades y sectores económicos a los que no se les permite la ocupación de ese espacio. En este marco, la FRAVM propone que la terraza nunca pueda ocupar un espacio superior al 50% del espacio interior del local donde se desarrolla la actividad de hostelería y restauración, y la supresión de veladores o construcciones ligeras climatizadas en las zonas residenciales. Asimismo, tendrán carácter excepcional y deberán justificarse motivadamente las terrazas frente a un edificio colindante del local de hostelería y solo podrán disfrutar de terraza exterior aquellos establecimientos hosteleros de los mercados municipales “cuyas fachadas tengan acceso desde la vía pública”.
Según un esclarecedor informe elaborado por el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI) en 2018, con la actual ordenanza vigente, el 56 % de las terrazas de Madrid dificultaban entonces el acceso y el tránsito peatonal, el 22 % estaban adosadas a la línea de fachada y un 21 % presentaban mobiliario adosado a fachada, lo que perjudica notablemente la movilidad de las personas invidentes usuarias de bastón blanco. Ante esta situación, la FRAVM propone prohibir las terrazas adosadas a la fachada, así como las llamadas mesas de baja ocupación y los taburetes que desde la Covid19 se han convertido en un paisaje frecuente de los tramos de fachada de bares y restaurantes.
En la misma línea, la entidad ciudadana sugiere que se impida el apilamiento del mobiliario y elementos de terraza en el exterior del establecimiento, una práctica muy habitual en Madrid, así como distancias mayores entre las terrazas y diversos elementos de la vía pública o entre aquellas y los edificios en las calles peatonales, con el fin de garantizar la seguridad de la población y los accesos y el tránsito peatonal.
Régimen sancionador
Uno de los pocos aspectos positivos del actual proyecto de ordenanza municipal es el endurecimiento del régimen sancionador, ya que estamos ante un sector tremendamente incumplidor de la normativa. Lamentablemente, esta mejora no va a acompañada de un aumento de los recursos municipales de vigilancia y control, de tal forma que “el proyecto corre el riesgo de dar la razón a los vecinos y vecinas que participaron en el proceso participativo en línea, al identificar la falta de control municipal de las terrazas como una de las principales fuentes de conflicto”, puede leerse en el documento de alegaciones de la FRAVM.
Por todo ello, “y aun siendo conscientes de las limitaciones que el rigor presupuestario impone a las corporaciones locales, entendemos que debería valorarse la implantación, en la ciudad de Madrid, de una figura similar a la ya existente de los Agentes de Movilidad”, concluye la entidad vecinal.
En el siguiente enlace puedes descargarte el texto completo de alegaciones presentado por la FRAVM.