Sus asociaciones vecinales denuncian que la compañía ha seguido con las obras a pesar de que, tras ser admitido a trámite, aún no se ha resuelto el recurso judicial contra la concesión de la licencia municipal a la compañía interpuesto por aquellas y la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM) en el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo nº 32 de Madrid.
Además, temen que el Ayuntamiento aproveche el verano para otorgar una licencia de actividad que permita a Parcesa iniciar en breve la actividad del crematorio. Ante esta posibilidad, en una asamblea que tuvo lugar el pasado martes, representantes de las asociaciones vecinales de Usera y Villaverde decidieron preparar nuevas movilizaciones y elevar el problema al Parlamento Europeo, entre otras acciones. Además, darán impulso a una original iniciativa que pusieron en marcha hace dos meses pero apenas han hecho pública: una recogida de apoyos en Change.org en la que las personas que firman manifiestan su deseo de no ser trasladadas “a ninguna instalación de Parcesa cuando llegue el momento de elegir tanatorio o crematorio”. “También evitaré, en la medida de lo posible, que mis allegados elijan instalaciones de su empresa. Si a Parcesa no le importa mi salud, tampoco se aprovecharán de mi muerte”, puede leerse en una petición que ya ha sido suscrita por 1.200 personas y se encuentra en la siguiente dirección: https://www.change.org/p/si-a-parcesa-no-le-importa-mi-salud-tampoco-se-aprovechará-de-mi-muerte?
En esta nueva campaña, los colectivos vecinales recuerdan que es la cuarta vez que Parcesa “pretende imponer su negocio por encima de la salud de los residentes, construyendo un crematorio en el Tanatorio M40 sin importarles la salud de los vecinos más cercanos: los niños y niñas, adolescentes y jóvenes del IES, del colegio de Primaria y de la recién inaugurada Escuela Infantil; así como la de quienes acuden a los centros de comercio (Mercadona, Centro Comercial Los Ángeles, Obramat), además de pequeños comercios, centros de trabajo (Novo Sur, Lazsa), y de ocio, como el Huerto Comunitario o la Caja Mágica. Todo ello sin olvidar los parques —que no son menos de cuatro— situados en el entorno más próximo, todos ellos a menos de 250 metros de su pretendido crematorio”, informan las asociaciones. San Fermín, en Usera, y El Espinillo, en Villaverde, son las zonas residenciales que se encuentran más cerca de la parcela del crematorio, y por tanto más expuestas a sus emisiones tóxicas. Emisiones que contendrán elementos como mercurio, dioxinas y furanos, óxidos de nitrógeno (NOx), dióxido de azufre (SO₂), monóxido de carbono (CO), partículas finas (PM10, PM2.5), compuestos orgánicos volátiles (COVs), cadmio, plomo y cromo, procedentes de los 1.000 cadáveres y sus ataúdes que Parcesa proyecta incinerar cada año.
Parcesa ha intentado abrir crematorios en otras zonas de Madrid como San Sebastián de los Reyes y Pozuelo, pero en esas ocasiones las licencias han sido denegadas a pesar de que las ubicaciones elegidas estaban muy alejadas de edificios de viviendas. “Sin embargo, cuando se ha solicitado en el Sur de la ciudad, tanto la Comunidad, como el Ayuntamiento de Madrid, han puesto todas las facilidades para que se pueda llevar a cabo. Parece claro que los informes medioambientales, los efectos en la salud y los perjuicios para los habitantes de la zona sur significan una cosa diferente al resto de zonas de la ciudad”, aseguran las asociaciones vecinales de Usera y Villaverde, que el año pasado entregaron en Cibeles más de 16.000 firmas en papel contra la peligrosa instalación.