Decenas de colectivos de diverso tipo —asociaciones vecinales, ONG y grupos ecologistas— de todo el mundo se han aliado para reivindicar por segundo año consecutivo la declaración del 13 de septiembre como Día Internacional para la Eliminación de los Vuelos Nocturnos. Para ello, las organizaciones participantes de esta iniciativa han firmado una declaración en la que alertan de que este tipo de operaciones son “especialmente perjudiciales para la salud de las personas que se encuentran en las inmediaciones de los aeropuertos”. Operaciones, además, que consideran “innecesarias y evitables”, salvo algunas excepciones como los vuelos que sirvan para dar respuesta a emergencias médicas.
Además de la declaración, numerosos colectivos llevarán a cabo mañana sábado, 13 de septiembre, acciones creativas para reclamar el derecho a dormir de las poblaciones cercanas a aeropuertos. Colocar pancartas en las ventanas y balcones de los barrios afectados, acudir en pijama a dormir frente a edificios institucionales o reproducir con altavoces el ruido de los aviones serán algunas de las acciones que numerosas entidades realizarán en el marco de la iniciativa.
De esta manera, las entidades sociales, vecinales y ecologistas impulsoras de la campaña quieren llamar la atención sobre el grave problema de salud pública que provocan las operaciones aéreas nocturnas. La literatura científica ha demostrado ampliamente cómo la exposición continuada al ruido de los aviones es causa de enfermedades de tipo cardiovascular, discapacidades cognitivas —especialmente en población infantil—, afecciones a la salud mental, diabetes o patologías relacionadas con el estrés como la hipertensión.
La Organización Mundial de la Salud recomienda un límite de 45 decibelios (dB) durante el día y de 40 dB durante la noche. Sin embargo, la Unión Europea solo tiene en cuenta en su legislación el ruido de los aviones a partir de una media de 55 dB o superior. En su European Aviation Environmental Report 2022, la Agencia Europea de Seguridad Aérea evaluó los niveles de ruido en 98 grandes aeropuertos europeos en 2019 en comparación con 2005. La principal conclusión fue que la población expuesta a niveles de 55 dB (día) y 50 dB (noche) era de 3,2 millones (+30 %) y 1,07 millones (+71 %), respectivamente. Además, 1,3 millones de personas estaban expuestas a más de 50 episodios diarios por encima de 70 dB.
En el caso de España, según la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), el ruido —en general, no específico al transporte— es la causa de más de 1.000 muertes prematuras y 4.000 hospitalizaciones al año.
Más concretamente, los vuelos nocturnos representan un enorme aunque invisibilizado problema diario para cientos de miles de personas que viven en las cercanías de los aeropuertos. Tan solo las cuatro infraestructuras con mayor volumen de tráfico en 2024 (Madrid, Barcelona, Palma de Mallorca y Málaga) aglutinan en un radio de 10 kilómetros a 3,3 millones de habitantes. Según las estadísticas de Aena, en 2024 los cuatro aeropuertos mencionados gestionaron 1.186.280 operaciones aéreas.
En el caso de Madrid, las cerca de 1.300.000 personas que viven en un radio de 10 km del aeropuerto tuvieron que convivir en 2024 con más de 420.000 operaciones aéreas, lo que supone casi 50 aterrizajes o despegues cada hora.
Pese a los graves impactos sobre la salud y el bienestar de la población provocados por los vuelos nocturnos, en España tan solo el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid Barajas cuenta con medidas específicas para mitigar los impactos de dichas operaciones. En este aeropuerto, la Resolución de 30 de agosto de 2006 de la Dirección General de Aviación Civil establece algunas restricciones operativas, entre las que se incluye la prohibición del uso de las pistas más cercanas a los municipios más expuestos para despegues y aterrizajes entre las 23:00 horas y las 07:00 horas.
Sin embargo, las violaciones de esta normativa son frecuentes y cada vez son más los vuelos que operan, imposibilitando el descanso de las vecinas y los vecinos de los municipios cercanos. Por ello, la Plataforma contra la Ampliación de Barajas reclama la puesta en marcha de restricciones operativas que garanticen la supresión de las operaciones aéreas en el aeropuerto madrileño de los vuelos entre las 23.00 y las 07.00.
A día de hoy, medidas de este tipo son de aplicación en aeropuertos como los de Frankfurt, Viena, París-Orly, Ciampino (Roma), Zurich, Varsovia, Bruselas o Copenhague, por citar algunos.
Pablo Muñoz, miembro de Ecologistas en Acción y de la Plataforma contra la Ampliación de Barajas, ha declarado: “Cientos de miles de personas de todo el Estado son incapaces de descansar por las noches a causa del creciente número de vuelos nocturnos. La regulación de este tipo de operaciones es una cuestión de salud pública que debe abordarse cuanto antes, tal y como ya se ha hecho en numerosos aeropuertos de la UE”.