Un año más celebraremos el próximo domingo 15 de junio el Día internacional de la toma de conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez, una jornada aprobada por la Asamblea General de Naciones Unidas en 2011 para sensibilizar sobre un problema cada vez más extendido en nuestras sociedades. Este año, la ONU dedicará la efeméride al maltrato a las personas mayores en centros de cuidados a largo plazo, poniendo el foco en la atención que se prodiga en estos espacios. Desde Madrid, recordando a las 7.291 personas fallecidas en las residencias de mayores de la comunidad durante la Covid-19, no podemos considerar más apropiado este lema y el objetivo que implica. La Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM), a través de su Comisión de Mayores, quiere tener un recuerdo muy especial con nuestros padres, madres, abuelos y abuelas que murieron, muchas veces en completa soledad y sin los cuidados adecuados, en esas residencias durante la pandemia. Y, junto a los colectivos de familiares, volvemos a reclamar verdad, justicia y reparación.
Por otro lado, la FRAVM lamenta que apenas se hayan producido avances en la problemática del maltrato a la vejez en el último año. “¿Dónde está la Convención Internacional de los derechos de las Personas Mayores tan solicitada por las organizaciones de mayores pero que sigue inexistente? ¿Dónde un Observatorio del Maltrato a la persona mayor que nos permita tener un conocimiento más exacto de la dimensión de este problema?”, se pregunta la Comisión de Mayores de la Federación Vecinal, que hace exactamente un año hizo pública su demanda de constitución de ese observatorio.
Si citamos los problemas en este ámbito, hay que destacar dos que inciden en todos los demás: la falta de información rigurosa sobre la dimensión del maltrato a las personas mayores y, probablemente derivado de éste, la falta de concienciación social sobre el mismo.
Según el Informe mundial sobre el edadismo de la OMS, en España un 45% de las personas mayores sufren discriminación pero no hay una percepción social del problema. Es necesario un marco legal que aborde la discriminación por edad, una legislación específica para las personas mayores, y un plan de sensibilización social sobre el problema del edadismo y sus consecuencias.
La ONU anticipa que en 2050 una de cada seis personas de la población mundial tendrá más de 65 años. Es un hecho incontestable que la población de la mayoría de los países envejece y no hay tiempo que perder para que nuestras sociedades con sus instituciones al frente tomen las medidas necesarias para adaptarse a esta nueva situación.
Si aún no lo has visto, te recomendamos este sugerente diálogo sobre el maltrato a la vejez que organizamos el año pasado con dos expertas.
